No es frecuente, pero gracias a la obra de Néstor Villazón en la sala Lagrada de Madrid, podemos ver una obra que pone en escena las relaciones educativas. Lo hace a través de un personaje, encarnación de una persona real, cuya enfermedad le aleja de las aulas. Vemos el sufrimiento que le provoca esta distancia, la relación difícil con su familia, su mujer y su hijo. Y la deshumanización de la escuela.
El lenguaje poético de parte de la obra, enriquece la puesta en escena.
No es una obra de teatro para jóvenes adolescentes, en el sentido de su destinatario principal, pero para quienes compartimos el interés por la reflexión sobre la educación a través del teatro, cabe en el contexto de este blog.
Me gustó.
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El teatro que he escrito, el que se ha representado, mis estudios sobre teatro, pero también noticias sobre el teatro juvenil, informaciones sobre la enseñanza del teatro y seguro que algo más.
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